Y llegó diciembre.

Momento de hacer balance del año que hemos vivido. ¿Qué cómo lo podríamos resumir en pocas palabras? Pues ha sido un año difícil, un año en el que nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que somos,  en el que hemos perdido muchas vidas y en el que mucha gente se ha quedado atrás. Un año caótico en el que hemos ido aprendiendo día a día a manejarnos en situaciones realmente inauditas.  Pero pese a la que está cayendo, este mes es mágico. Diciembre es un mes repleto de emociones y después de todo lo que hemos pasado hasta ahora, no es momento de venirnos abajo y dedicarnos al sentimentalismo gratuito. Está claro que muchas de las cosas que normalmente hacemos por estas fechas, este año no las vamos a poder hacer, pero…¿y qué?

Vale, no nos podremos juntar toda la familia a cenar en la misma mesa pero lo importante es que estemos todos aunque cada uno en su casa, ya vendrán tiempos mejores. Tampoco podremos hacer cena de empresa con fiesta de celebración después, no pasa nada, el año que viene. La Cabalgata de los Reyes Magos la veremos en la tele más tranquilos. Ahora, en este momento, tenemos que ser más responsables que nunca y no cometer estupideces que lo echen todo a perder. Algunos  vamos a tener unos días de vacaciones y otros tantos tendrán que trabajar pero lo que sí tenemos que hacer todos es disfrutar  y celebrar la vida,  cada uno de la forma que pueda o quiera,  e intentar contagiar y contagiarse del espíritu navideño. Como todos los años agradecemos de todo corazón a nuestros pacientes el haber estado a nuestro lado incluso en los momentos más complicados. Y ya por último, desearos a todos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.